viernes, 19 de agosto de 2022

RESPONSABILIDAD PROFESIONAL, ÁMBITO PERSONAL Y SOCIAL

Como se ha mencionado anteriormente, la responsabilidad profesional conlleva una fuerte relación con la ética y, por consiguiente, con la deontología jurídica y sus principios. Por lo anterior, es preciso mencionar que el servidor del Derecho debe ser consciente de que su función es cumplir con una responsabilidad social, por y para beneficio de la sociedad en general. Siempre debe buscar un bienestar para la comunidad y por eso su comportamiento ha de fundamentarse en una serie de principios y valores cuya finalidad es regir el correcto ejercicio de tan noble profesión. 

Es necesario destacar que una responsabilidad vital del servidor del Derecho tiene como principio actuar siempre y en cada momento con honradez, yendo en busca de la verdad; en este sentido, tiene la responsabilidad de buscar siempre la preservación de la armonía de la sociedad. Como es posible observar, el abogado tiene diversas responsabilidades que se enfocan al buen funcionamiento de una sociedad, es por eso que protege los derechos humanos y la libertad de quien lo solicite. La defensa de estas garantías se rige bajo una serie de conocimientos previos y obligaciones éticas de las que debe de tener conciencia. Según la Barra Mexicana, Colegio de Abogados A. C. (2017), para “el ejercicio de la profesión, el abogado debe tener presente que cumple una función social, por lo que debe actuar conforme a los principios y valores que inspiran a este Código”: 

Diligencia, mostrando disposición de hacer con prontitud e interés, conocimiento y pericia, las cosas que se tienen que hacer.

Probidad, desplegando una conducta guiada por el convencimiento de hallarse asistido de la razón, cumpliendo cabalmente con los deberes, sin incurrir en actuaciones abusivas o inmorales.

Buena fe, ajustando su conducta al modelo de comportamiento admitido como socialmente correcto, bajo el convencimiento propio de que así debe ser.

Libertad e independencia, asumiendo con responsabilidad la decisión de actuar de una manera o de otra, o de no hacerlo, sosteniendo las opiniones propias y ejecutando los actos sin admitir intervención ajena en la decisión de llevarlos a cabo.

Justicia, reconociendo la dignidad intrínseca de todos los individuos como sustento de los derechos, actuar en busca de su plena realización, coadyuvando en la obtención de lo que a cada uno corresponde en atención a las circunstancias del caso concreto, exigiendo la efectiva realización de los derechos de unos sin detrimento de los derechos de los demás, procurando evitar los conflictos o resolviéndolos con equidad.

Lealtad, observando los propios deberes y contribuyendo a la salvaguarda de los intereses cuyo cuidado le sean confiados, haciendo uso de los medios legítimos, con independencia de los resultados.

Honradez, siendo intachable en su actuar, sin acudir a medios impropios para obtener los resultados que podrían esperarse de su actuación.

Dignidad, respetándose como individuo y como profesionista y exigiendo de los demás el respeto debido.

Respeto, guardando las consideraciones debidas hacia los demás, hacia las instituciones y normas, sin incurrir en abuso. 

Cuando hablamos de la importancia de las responsabilidades que engloba la abogacía, con respecto al ámbito personal, profesional y social, inmediatamente pensamos en un conjunto de normas éticas que se encargarán de regir el buen ejercicio de dicha profesión. Asimismo, dictarán las responsabilidades y obligaciones vinculadas al correcto ejercicio de esta, con la finalidad de garantizar la protección de los derechos y libertades, la búsqueda de la justicia y la armonía social.

RESPONSABILIDAD CON LAS PERSONAS A LAS QUE PRESTA SUS SERVICIOS

Las acciones de un jurista, respecto a las personas a quienes presta sus servicios, se basan en una buena aplicación de los principios de la deontología jurídica y la ética, así como en los valores con los que cuente. El servidor del Derecho tiene la responsabilidad de identificarse ante su cliente, con la finalidad de asumir futuras responsabilidades. De igual manera, debe fungir como asesor y abogar por la causa que haya motivado la contratación de sus servicios.  

Es esencial una comunicación efectiva entre cliente y abogado, pues este no puede actuar sin previo aviso del cliente, sin conocer la verdad y los detalles de la causa. De la misma manera, el abogado debe informar cada paso y movimiento efectuado y en qué etapa se encuentra el asunto, asumiendo la responsabilidad de trabajar bajo las instrucciones recibidas. El abogado tiene la obligación de defender, siempre y en cada momento, la causa que se le ha asignado, guardando el secreto profesional bajo cualquier circunstancia. Es por eso que, una vez aceptado el caso, no podrá de ninguna manera aceptar un contrato de la parte contraria al cliente durante el mismo juicio, inclusive si el abogado haya renunciado al mismo caso.

Tiene la responsabilidad de presentar todas las cuentas de la administración al cliente cuando este lo pida y al final del contrato, además de tener el compromiso y la obligación de devolver a su cliente todo lo que se le haya otorgado en virtud del poder. La Barra Mexicana Colegio de Abogados A. C. (2017) menciona que el servidor del Derecho, en su relación con el cliente, tiene la responsabilidad de: 

Supervisar en forma diligente el trabajo de sus colaboradores.

Reconocer la responsabilidad que le resulte por su negligencia, error inexcusable o dolo.

Denunciar la violación de las normas de este Código. 

Con el fin de cuidar la objetividad de la información, es posible recurrir a códigos de ética, como el anteriormente mencionado. Estos cuentan con disposiciones precisas que engloban las principales normativas, deberes y principios que regulan las responsabilidades del servidor del Derecho en su relación con su cliente. Igualmente, abarca el trabajo de los comités de ética, conformado por los mismos compañeros de trabajo y algunos miembros honorarios, mismos que vigilarán el correcto ejercicio de la profesión. 

El abogado debe de adelantarse a admitir sus responsabilidades ante su cliente y la ley en los casos en los que resulte comprometido el resultado por su negligencia, dolo o error inexcusable, encontrados a indemnizar los daños y perjuicios ocasionados al cliente. Asimismo, el cliente también está obligado a cumplir con una serie de responsabilidades ante su representante legal.

Como lo hemos señalado anteriormente, las responsabilidades de los juristas frente a los diferentes entornos y ámbitos en los que se desenvuelven son muy diversas y extensas. A pesar de ello, se rigen por los principios de ética y deontología jurídica y comparten la objetividad de brindar sus servicios a beneficio del Estado. Es preciso mencionar que el servidor del Derecho tiene que guardar cierto respeto hacia sus colaboradores y autoridades. Debe apoyarlos cuando se les haya atacado de manera irrespetuosa, injusta o se presente una violación al mandato de la ley; en este sentido, debe mantener la fe en la libertad, la independencia y la justicia, buscando siempre la verdad.  

La responsabilidad que tiene el jurista ante sus colaboradores y autoridades también estará vinculada con la relación profesional que se esté llevando a cabo. Una vez que se ha asignado un caso y existe un cliente al cual patrocina en el litigio, el abogado establece una relación con la autoridad; ante ella es necesario actuar en defensa y protección de las normas procesales. Es en este tipo de relaciones en las que el abogado irá adquiriendo diversas responsabilidades, y, de acuerdo a lo que menciona en la Barra Mexicana Colegio de Abogados A. C. (2017), debe: 

Hacer su mejor esfuerzo para evitar los conflictos y, en su caso, para solucionarlos.

Abstenerse de aconsejar o ejecutar maniobras fraudulentas, dolosas o de mala fe.

Abstenerse de burlar los mecanismos establecidos para la distribución o asignación de asuntos o de alterar la fecha u hora de presentación o recepción de escritos.

Abstenerse de interponer recursos o incidentes con propósitos dilatorios, abusando de su derecho.

Abstenerse de presentar pruebas a sabiendas de ser falsas u obtenidas de manera ilícita.

Abstenerse de realizar conductas impropias ante jueces, autoridades, árbitros o mediadores. 

Es importante destacar que el abogado tiene la responsabilidad de mantener una conducta de colaboración y profundo respeto hacia los entornos en los que se desenvuelve. En todo momento debe actuar con honradez, buena fe y en búsqueda de la verdad, respetando los derechos y la libertad de los individuos en pos de la justicia. La importancia de conocer las responsabilidades legales, conforme a los diversos ámbitos que se han señalado anteriormente, permite tener un panorama de las disposiciones legales en la materia, con el fin de observar lo que dicen las leyes, normas y códigos de ética profesional y propiciar un correcto ejercicio.



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