Conclusiones
Todo documento de investigación, o tesis, contiene conclusiones que son producto de la demostración o negación de los resultados; en este sentido, no puede haber conclusiones sin resultados. Lo anterior tiene respaldo gracias a los datos y la información que el investigador haya obtenido, por lo que cualquier conclusión que vaya más allá del estudio no tendrá validez. Asimismo, deben ser directas, claras, coherentes, contundentes y explicativas porque son la comprobación de las predicciones; incluso, se debe señalar si hubo ajuste en el método de investigación y señalar, además, algunas sugerencias que se deben tener presentes en trabajos posteriores. Por tanto, las conclusiones son resultado de los datos procesados y analizados.
Podemos decir que las conclusiones son la parte final de la investigación porque constituyen la base para la toma de decisiones ya que tienen como respaldo la teoría, por lo que sirven de guía para orientar la acción de un problema, hecho o conflicto del tema de estudio. Es necesario enumerar las conclusiones y, además, dar respuesta a las preguntas de la investigación; asimismo, deben basarse, como ya se dijo, en los resultados por lo que no se pueden incorporar nuevos elementos de discusión, pero sí se pueden tomar en cuenta nuevas ideas como aporte.
Las conclusiones no deben ser mayor de dos o tres páginas, puesto que no son un resumen de los capítulos, y estar bien redactadas para que no haya confusión. Algunas de las características que deben tener, según Córdova Hernández (s/f), son: La congruencia, divergencias o diferencias halladas por el investigador entre la teoría y la realidad estudiada.
El logro de los objetivos de la investigación.
La aceptación o el rechazo de la hipótesis.
Los puntos más sobresalientes de la investigación.
Los hallazgos más importantes.
La confirmación de la tesis que ha sustentado el investigador.
Por otro lado, no hay que olvidar, al momento de enlistar las conclusiones, que existe una relación entre introducción y conclusiones porque la primera nos muestra la hipótesis y las segundas nos marcan cómo se logró el resultado; por lo tanto, debe elaborarse una pequeña introducción sobre lo que pretende exponer. Por último, el investigador, al momento de redactar las conclusiones, no debe:
Utilizar el marco teórico para reforzar los resultados obtenidos.
No redactarlas como un asunto personal.
No incorporar nuevos autores que no hay analizado en su trabajo de investigación.
En caso que no haya hipótesis que demostrar o negar, las conclusiones se elaboran en función de los objetivos planteados.
En resumen, las conclusiones en una tesis cumplen varias funciones: por un lado, son la comprobación o negación de la hipótesis; también pueden representar el logro de los objetivos, siendo su base los resultados. Las conclusiones son párrafos coherentes, congruentes y en un orden de acuerdo a su importancia.
Recomendaciones
Por lo general, una recomendación sugiere ya sea mejoras a la metodología o acciones en los resultados, o bien algunas observaciones para las futuras investigaciones. Tienen como objetivo el marcar aquello que se dejó de hacer o se tiene que mejorar para que las tomen en cuenta otros investigadores o para sean el punto de partida de otra investigación. Zelaya (2015) cita a Valderrama Mendoza, quien considera que la experticia fundamental en la elaboración de las recomendaciones porque ayuda en mucho a investigaciones posteriores.
Las recomendaciones pueden estar presentes en todo el proceso de la investigación, pero el investigador solo enlistará aquellas que consideren importantes para la solución del problema, para ubicar los vacíos teóricos-metodológicos, entre otros fenómenos.
Así, tenemos que las recomendaciones son todas aquellas políticas, estrategas, medidas y acciones a tomar en cuenta para dar solución al problema que se formuló. Palella y Martins (2012) nos muestran algunos criterios que todo investigador debe tomar en cuenta al momento de elaborar las recomendaciones:
Se elaboran únicamente sobre el tema de investigación referido en el estudio. Evidencian los aspectos susceptibles de mejorar debido a que se muestran deficientes en la investigación. Deben direccionarse, esto significa responder preguntas como: ¿qué se debe hacer?, ¿quién, ¿cuándo?, ¿Dónde lo hará?, ¿por qué se debe hacer?, ¿a quién beneficia?
Hay un número determinado de recomendaciones.
Se realiza una revisión profunda y reflexiva cada parte del proceso de la investigación.
La creatividad del investigador, en la elaboración de las recomendaciones, aporta mucho a la realidad de la investigación.
No se deben realizar recomendaciones sobre temas externos
En resumen, las recomendaciones tienen tres funciones concretas:
Sugieren mejorías a la metodología.
A partir de los resultados, sugieren acciones.
Aportan sugerencias a futuras investigaciones.
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