Cuando hablamos de la importancia de las medidas preventivas, es preciso entender que ello implica cuidar y preservar nuestra propia seguridad y la de quienes nos rodean, ante situaciones que podrían poner en riesgo nuestra vida o integridad. Es por eso que debe seguirse una serie de pasos, prohibiciones y recomendaciones para el mejor funcionamiento de estas medidas.
Para ello, es necesario adelantarse a los posibles sucesos que se podrían presentar y cómo es que deberíamos de actuar. También es de suma importancia considerar que los riesgos se pueden presentar de muchas maneras, y por ello las medidas preventivas deben estar enfocadas a diversas situaciones y pensar en el corto, mediano y largo plazo. Las medidas preventivas, según el Artículo 2º de la Ley General de Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, se definen como “el conjunto de políticas públicas, programas y acciones orientadas a reducir factores de riesgo que favorezcan la generación de violencia y delincuencia, así como a combatir las diferentes causas y factores que la generan”.
También se busca defender y preservar los Derechos Humanos con el fin de brindar una vida digna. Todos estamos expuestos a ser víctima de la delincuencia organizada, grupos delictivos o, en general, de la violencia que se vive en México día con día; por ello, es de suma importancia tener un plan de medidas preventivas que nos permita adelantarnos a futuros sucesos desagradables, con el fin de conservar el bienestar de nosotros mismos y de los que nos rodean. A continuación, se presenta un mapa conceptual sobre las estrategias de prevención social del delito, dispuesto en el modelo de prevención social del delito (Dirección General de Prevención del Delito y Participación Ciudadana, 2012):
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